ENSAYOS
MÍNIMOS
Por Hernán Ortega Parada
El artefacto literario
más complejo, por la cantidad de reducciones y amplificaciones en un
espacio muy reducido, es el POEMA. El poema dejó de ser letra de un cantar,
juego musical, esplín de la gracia, plumaje de vanidad, exhibición técnica, por
su existencia autónoma. Hoy es un elemento de contacto íntimo, secreto, entre
iniciados. Quizás siempre lo fue. El poema es revelación, videncia. Por más que hayan buscado el
lenguaje de la masa para entregar a la masa el contenido del poema, han
entregado, al final, sólo otro ejercicio retórico... también para iniciados.
Quizá en un futuro, mediante la incorporación de técnicas visuales y auditivas,
el poema reconquiste la idea primitiva social, enriquecida por la tecnología.
Aunque creo que ese futuro ya está golpeando la puerta con la obra inicial de
Diamela Eltit y Lotty Rosenfeld, con Raúl Zurita y otros en el grupo CADA. Pero
será de ese modo siempre que el concepto
del poema, en la divulgación, sea bien extendido por sobre la fugacidad del
texto y su aderezo en la pantalla. Asunto de formas e iniciación, una vez más.
La base de toda actitud
humana imaginativa y meditante es el fluido poético. Ya decían los griegos que
la admiración es el principio de toda filosofía. El poema atrapa y amplifica
las emociones, ideas, imágenes, reduciéndolas a formas técnicas. ¿Para qué?
Para ser en la sociedad. Los poetas hablan del dolor para eliminar el dolor, y
eso es inmanente. De amor, para sembrar el amor, en otro final de inmanencia.
El poeta es un ente generoso que transfiere de su vida los placeres comunes
para demostrar que el alma puede mejorar la calidad de vida. Aun a través del
dolor y de la mirada crítica. La poesía sobrevive a las guerras y a las
miserias humanas. La poesía es visión. Pasado,
presente y futuro. Por eso los poetas reclaman un espacio más digno: tienen
visión de lo interior y de lo exterior. Ellos conducen la paz y reclaman la paz
como fundamento de toda sociedad. Para científicos inteligentes la imaginación
es sinónimo de inteligencia.
Un buen poeta reina con
la imaginación, desborda su contemporaneidad.
(Fragmento)
MISTERIO
DE MI CORAZÓN
Nunca supe por qué te amé, por qué te hice mi
diosa,
Mi suerte, mi sangre, penas y alegrías.¡Qué misterio del corazón,
Que devoción por el timbre de tu voz!
Jamás temí a la luz del día,
A la siniestra complicidad de la noche
Si mi sombra atada a la tuya iba.
Mi piel enloquecía al oler tu piel.
Ay, eras fragancia de jazmines, de gardenias y rosales
En el verde altar de los jardines.
Cómo te amé mujer de fuego,
Cuanto adoré la juventud de tu cuerpo.
Campanas de la oración eran tus poemas,
Volar de colibríes tus palabras florecidas
Desde el fondo de tu entraña indígena.
Qué olores de olmos, canelos, me traías.
¡Qué misterio de mi corazón, Alma mía! Nunca he sabido
Desde donde surgió esta ardiente furia
Regalada en cartas y nocturna poesía.
Cuánta lluvia en los ojos caía
En las horas de tu duro encono.
Sangre, sangre por los dedos corre
Si mi nostalgia en la noche te busca,
Si mi árida boca te nombra
En los bares y cafés de Valparaíso.
No hay mar ni playa en este puerto,
En mi mente el dulce paisaje se ha ido,
Ha muerto, como muere la rosa en tu huerto.
Han pasado los años dejando su huella
En mi lento andar, secando el pensamiento.
Pero mira si es extraño este desvarío,
Que aún en la distancia sigues viva,
Como la única estrella del firmamento.
Ay, misterio de mi corazón,
Que aún sigues amando
Lo que para ti está muerto.
Carlos Eduardo Saa
AMOR CAMBIANTE
¡De eso que era
mío!
Si alguna vez
fue mío
No queda
vestigio, ni sombras
Queda el otro
medio raro
Con la cabeza
dada vuelta y los brazos muy cortos.
Mientras duermo
lo miro escondida en la funda
En la almohada
que siempre fue suya
Y ese hedor a
desconocido
Me atormenta
Te abrazo frío.
Te abrazo solo.
Te abrazo sordo.
Y es la ceguera
la que corroe mis huesos
Quieta, siempre
quieta
Y el reloj marca
lo que queda,
Si es que queda.
No me acuses de
ser infiel,
De ser muda
Si no soy tuya
como lo era antes
Porque aquel que
quería, ya no existe
Amor promiscuo,
amor cambiante
¿Y entonces?
Entonces caminemos
desde Portales
Y busquémonos en
Barón
Con la esperanza
joven del que ama
Y la idea tonta
del que lucha
¡Sin el sexo!
Prende vestigio
de lo qué éramos antes.
Poema de Karimme Morales Aguirre,
Poeta de Villa Alemana, 21 años de edad. Estudia
sociología en la Universidad Católica, Valparaíso.
REVISTA CHILENA DE LITERATURA
Abril 2005, Número 66, 85-96
EL EROTISMO EN "CANTO DE MÍ MISMO"
DE WALT WHITMAN
Marjorie Smith Ferrer
Universidad de Chile
La Sección 28 se compone de cuatro estrofas y veintitrés versos.
El hablante lírico inicia la sección con una pregunta: "¿Es éste
entonces un contacto?". Es fundamental comprender que al final de la
sección anterior (Sección 27), el hablante ya había planteado que "tocar
con mi persona el/cuerpo de algún otro es algo que apenas puedo/
resistir"; por tanto se percibe que la experiencia del contacto físico
con el otro es casi irresistible, y el hablante expresa que es un contacto en
el cual está implicada su persona, por ende, en el contacto y en la
cercanía física con el otro, todo el sujeto está involucrado. En la Sección 28,
en el contacto, en el toque de otro ser -que aparentemente puede ser hombre o
mujer, pues el hablante no especifica este aspecto- radica el goce de la
existencia, un placer y sentido supremo, un erotismo que estremece al hablante
"para una nueva identidad". En el contacto con el otro "llamas
y éter se precipitan por mis venas". En el encuentro físico, por ende,
el hablante siente que un fuego recorre sus venas, existe una pasión, un fluido
que llena los conductos por los cuales fluye la sangre al corazón; en
consecuencia, el contacto otorga fuerza, a través de la experiencia del goce.
El contacto excita al hablante, y es quizás este hecho el que impulsa la
inspiración poética. No obstante, observamos que el tacto domina al cuerpo,
sojuzgándolo y sometiéndolo hasta que esclaviza al hablante lírico con su
potencia: "Aleves
extremidades de mí mismo se extienden y reúnen para ayudarles, /Mi carne y mi
sangre despiden rayos para fulminar lo/que apenas es diferente de mí mismo,/por
todas partes lúbricos provocadores paralizan mis miembros,/estrujando la ubre
de mi corazón para extraer las gotas que retiene/comportándose licenciosamente
conmigo, sin aceptar negativas,/privándome de lo mejor que tengo, como adrede,/desabrochando
mi ropa, agarrándome por la desnuda cintura,/burlándose de mi turbación con la
calma de la luz solar y de los pastizales,/descartando sin pudor los demás
sentidos…".
(Fragmento) .
MADRE
Muchas
han sido las distancias
En
nuestras vidas y muchos
Los
silencios en nuestras bocas.
Hice
de mi vida un carromato
Gitano;
de mis sueños, poesía y vagancia.
Rondé
miles de rutas, de calles,
Y
aunque no te llevaba de mi mano
Eras
el sostén de mis andares,
El
recuerdo viviendo como mariposa
En
los íntimos rincones de mis lares.
Hoy
besando tu frente renazco
Como
en las tardes de antaño
En
el jardín y los patios de Ovalle,
En
las casonas sordas de los campamentos
mineros,
en los huertos y viviendas
de
Santiago. Hombre me alejé
casi
sin mirar atrás, como vagabundo,
sin
otra cosa que mis sueños
y
te quedaste en el silencio
quizás
esperando mi retorno
como
esperan los nidos a las aves.
Largo,
rápido en mi viaje, lento en el regreso,
Mas
estoy aquí aferrándome a tu mano,
Enredado
en tus santas canas
Para
retomar la vera de hijo y de madre.
Los
detalles ya no importan
que
el amor es lo que vale.
Ya
verás, María Violeta, que sólo
Tendremos
luces y alegrías de mares,
Sonrisas
y retoños de rosas en la sangre.
Carlos Eduardo Saa
Cerro Barón, Valparaíso